Suiza Finlandia vs. Venezuela (Por Rubén Limas Telles)
Y de acuerdo a lo que he podido investigar existen al menos dos instrumentos que lo hacen a nivel mundial como lo son el «Reporte Mundial de la Felicidad»…
Nuevamente escribo sobre el índice de felicidad de los países del mundo, porque cobra cada vez más importancia este tema para distintos gobiernos, en el cual unos están haciendo esfuerzo por medirlo y elaborar políticas públicas para mejorar su nivel de felicidad y otros poco o nada. Pero a su vez crece el interés en estos temas que pudieran considerarse banales por muchos, por el aumento global de la infelicidad, ya que hoy ocupan niveles récords mundiales la depresión, la ansiedad, la tristeza, el estrés, el enojo, la preocupación y el suicidio.
Por ello, cada vez es más importante para los países, medir sus niveles de felicidad. Y de acuerdo a lo que he podido investigar existen al menos dos instrumentos que lo hacen a nivel mundial, como lo son el «Reporte Mundial de la Felicidad», elaborado por la encuesta mundial Gallup hecha anualmente a unas 150 mil personas en al menos 137 países y otra encuesta que elabora otra lista de países más felices del mundo, producida en colaboración con la escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania en los Estados Unidos. Esta última incluye a unas 17 mil personas en el mundo y 89 países. Es importante resaltar que el primer estudio incluye a Venezuela y el segundo no. Además pareciera a simple vista tener más importancia demográfica la primera por el volumen de su muestra.
El primer estudio – Reporte Mundial de la Felicidad – publicado recientemente en este año 2024; coloca a Finlandia como el primer país más feliz del mundo, mientras que el segundo coloca a Suiza como el primero.
Al adentrarse en las extrañas de ambos estudios, encontramos que pareciera que evaluarán los mismos parámetros, pero no es así. El Reporte Mundial de la Felicidad hecho por la encuestadora Gallup se evalúa Producto Interno Bruto per capital (PIB) , el apoyo social, la esperanza de vida saludable, la libertad, la generosidad, la corrupción, así como también evalúa las emociones positivas y negativas que afectan el bienestar. El segundo estudio hecho con la colaboración de la Universidad de Pensivalnia; en las naciones se evalúan temas como calidad de vida, clima empresarial, influencia cultural y aventura entre las 10 sub categorías evaluadas.
En el primer estudio al cual nos referimos, aparecen entre las 10 primeras naciones más felices del mundo: Finlandia, Dinamarca, Islandia, Suecia, Israel, Países Bajos, Noruega, Luxemburgo, Suiza, Australia. Mientras que el segundo estudio aparecen en el siguiente orden: Suiza, Japón, Estados Unidos, Canadá, Australia, Suecia, Alemania, Reino Unido, Nueva Zelanda
Dinamarca. Esto pudiera traernos a confusión, porque da resultados distintos
¿Será como toda encuesta? – pero definitivamente no es así, se están valorando situaciones distintas. No es igual crecimiento económico y felicidad; ni son proporcionales. Existe en el mundo muchos países ricos que no son los más felices, así como mucha gente que no es pobre , pero es infeliz. Algo así, como lo que nos enseñaron nuestros abuelos «el dinero no hace la felicidad, pero ayuda».
Para ser feliz a lo latino, y meter a nuestro país en el ranking de esas dos encuestas, hay que tener a nuestro juicio, mejores niveles de educación y salud. Y eso no lo tenemos en Venezuela, que aparece en el primer estudio en el puesto 79, antecedido por Colombia en el puesto 78 de 137 países evaluados. Una educación de calidad mejoraría nuestro recurso humano, y eso pudiera contribuir a mejorar nuestros niveles de felicidad o nuestra calidad de vida, dos parámetros evaluados por separado en cada uno de los estudios anteriormente señalados. Tenemos como ejemplo que países que anteriormente eran muy pobres como China, India y Corea del Sur, han dado un salto cuántico por su obsesión nacional por una buena educación en la cual no solo hace falta la calidad educativa de los docentes y rendimiento académico de los alumnos, sino buenos y poderosos salarios.
¿Estamos satisfechos los venezolanos con la calidad de vida que hoy tenemos? Estoy seguro que la inmensa mayoría diría que no sin cortapisas políticas o de ideológicas. Debemos dejar de obsesionarnos por la historia o los huecos ideológicos, y ocuparnos más de la educación y la salud de nuestro pueblo. Claro que es importante la historia, pero más importante es el futuro. Para ello debemos prepararnos, ya no es importante de qué color era el caballo de Bolivar, si no más bien, qué hubiese hecho Bolívar si hubiese tenido a la mano herramientas de la tecnología actual. Para avanzar hacia la felicidad de nuestro pueblo, debemos abandonar el laberinto de lo ideológico y entrar en el pragmatismo y la obsesión por el futuro. Así podremos ser más felices y mejorar la calidad de vida, y lograr estar en el top 10 de ambos estudios.
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