octubre 16, 2024

La fatídica noche de Gustavo Ceratti

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El emblemático recuerdo que viene a la memoria, de un lunes, a las 6:00 am. La ciudad paralizada, ningún joven fue a las clases ese día, pues disfrutaba de Gustavo Ceratti, el flaco argentino con su guitarra, en uno de los mejores momentos de su carrera musical junto a Soda Stereo. ¿Cómo dejar de cantar? De música ligera…nada nos libra…nada más queda.

Luego de una noche fría, de lluvia y la puesta del sol al final de la montaña, en el Autocine El Cafetal, para el Festival Iberoamericano de Caracas. Era el año 1991, un concierto histórico para los que se deleitaron con aquella voz sentimental, única para el rock en español.

Hoy, 33 años después, a 10 años de su fallecimiento, vuelve una controversial biografía del cantante argentino, nacido en Buenos Aires el 11 de agosto de 1959, que habla sobre las horas que precedieron al derrame cerebral que le mantuvo cuatro años en coma y que al final le ganó a su vida.

La polémica biografía, firmada por el periodista y secretario de redacción de la edición argentina de la Rolling Stone, Juan Morris, que ahonda en lo que sucedió aquella noche en Venezuela reconstruye las últimas horas de Gustavo Cerati a golpe de charlas con las personas más cercanas al exvocalista de la popular banda de rock.

Los familiares y los amigos del músico, consideraron el texto impreciso y carente de veracidad.  Lo que reveló Morris sobre Gustavo Cerati que molestó a sus familiares. Pues, pareció que se empapó del mito del rock argentino. El periodista se puso en contacto con las exnovias del compositor, con sus compañeros de primaria y sus amigos de la facultad, sus colegas más íntimos, su tía y con su abuela.

El final sacó unas 300 páginas que contienen su vida personal por etapas, su trayectoria artística en su respectivo contexto político y social, la fatídica noche caraqueña, el final del show, el diagnóstico, la atención médica y los cuatro largos años de inconsciencia que vinieron después.

La última foto del grupo

Uno de los músicos, se dio vuelta para decir algo a Gustavo y lo vio pálido, con los ojos desorbitados. -¿Te sentís bien? Le preguntó. Gustavo abrió la boca para contestarle, pero no acertó a decirle nada. Fue como si los músculos de su mandíbula no encontraran las palabras. La cámara disparó su flash y todo el equipo quedó registrado en la última foto de la gira.

A su alrededor el grupo se empezó dispersar y Gustavo caminó confundido hacia su camarín. Mientras lo veía alejarse, Taverna le pidió a Bernaudo que lo acompañara a ver qué le pasaba. Cuando entraron, estaba tirado en el sillón, con el saco a un costado, la camisa desabrochada y la boca entreabierta.

Pensaron que tenía un pico de presión o que tal vez le había dado un infarto. Bernaudo corrió a buscar a los paramédicos y al ratico volvió con dos jóvenes que no tendrían más de veinte años y que al ver a Gustavo Cerati descompensado no supieron qué hacer. Charly Michel, el kinesiólogo que viajaba con el equipo, revisó qué remedios tenían los paramédicos en sus bolsos y les pidió que fueran a buscar la camilla. Gustavo se podía mover aunque estaba como abrumado, lento, y no podía hablar».

Esa noche, una de las más difíciles para el rock latino, Gustavo Ceratti, fue trasladado al Centro Médico Docente La Trinidad, que, según relata el autor de la biografía, se encontraba a oscuras, fruto de un corte de luz. El músico tuvo que ser desplazado con urgencia a otro centro hospitalario y, poco después, consiguieron ingresarlo al fin en La Trinidad. 

La noche del día siguiente las enfermeras «lo encontraron sacudiéndose y agarrándose la cabeza con su brazo izquierdo». «Tenía los ojos apretados, como si estuviera sufriendo un dolor insoportable», escribió Morris. Media hora más tarde y 24 interminables horas después de haber sido ingresado, los médicos informaron a su familia sobre el diagnóstico: Gustavo Cerati había sufrido un ACV (ataque cerebrovascular o derrame cerebral) y su cerebro se había inflamado tanto que estaba haciendo presión contra el cráneo. Tenían que operarlo con urgencia.

Aquel fatídico mayo

El 16 de aquel fatídico mayo del año 2010, Ceratti apuraba la recta final de uno de sus conciertos en Caracas cuando, de repente, se desvaneció. El músico había sufrido un derrame cerebral por obstrucción de la arteria carótida interna izquierda. 

Un respirador artificial mantuvo su corazón con vida durante cuatro años. En un verano del pasado, la infección respiratoria que padecía se comenzó a complicar. Nunca despertó del coma. Falleció el 4 de septiembre del 2014.

Once meses después, coincidió con el aniversario de su cumpleaños, un martes en que cumpliría 56 años, salió a la opinión pública la famosa biografía, firmada por el periodista, Morris, que ahonda en lo que sucedió aquella noche en Venezuela al reconstruir las últimas horas de Gustavo Cerati a golpe de charlas con las personas más cercanas al exvocalista de la popular banda de rock Soda Stereo.

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